Mi padre murió en la pista del circo Tolotti cuando yo tenía ocho años. Mi hermano pequeño y yo lo vimos caer desde el trapecio. Le prometí que cuidaría de él el resto de mi vida y llevo tantos años cumpliendo esta promesa que he olvidado las veces que le he cogido en el aire tras hacer su doble mortal. Hoy he faltado a esa promesa. Mi hermano yace muerto en la pista del circo Tolotti. Desde aquí arriba, mientras me balanceo colgado de mis piernas, veo su cuerpo ensangrentado y veo las lágrimas de su reciente viuda: la contorsionista rusa. Sólo Natacha y yo sabemos que no llora de pena, sino de alegría. Te quiero Natacha y cuidaré de ti resto de tu vida.
Juan Sánchez
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