Mírate, tu vestido es demasiado raro para tomarte en serio, estás siempre resfriada.
Y así es como pretendes crearte un público que te apoye y que siga tus locas ideas.
A eso llamo yo hacer el ridículo; reírte de ti misma, creer en amor, en dulces y en caballos de sal.
Una vez acabado esto, solo me queda decirte que debes abandonar este piso por orden judicial.
Myau salió a la calle con lo que pudo coger en cinco minutos; una regadera, un abrigo verde, una magdalena y un diario donde escribió: - El ridículo es tener el poder de cambiar para bien la realidad de las personas menos afortunadas y cruzarse de brazos.
Angie Bello Albelda
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